LA PERLA NEGRA: DE SAN GLORIO 1608 m. A PEÑA PRIETA 2839 m.

Aprovechando estos días de vacaciones, me voy junto con Tito y Toño, más el canino Jazz al puerto San Glorió a realizar una estupenda excursión por unos preciosos paisajes y totalmente desconocidos para mi.
Empezamos la ruta sobre las once de la mañana desde el alto del Puerto San Glorio. Hermoso puerto de mal recuerdo en las ascensiones en bici desde Potes. Comenzamos por el camino de la derecha, antes que la carretera descienda hacia Cantabria. Estamos en la frontera de la dos provincias. Y caminamos rumbo sur por unas grandes praderas de Vega de Tama. La ascensión es cómoda entre los pastos y el matorral, durante la subida vemos unas bonitas vistas del Puerto S. Glorió y los picos de Europa. No hace falta hacer cima en el Portillo ya que pasamos por la collada y ya divisamos Peña Prieta. La senda continua por el valle del Naranco y esta senda nos lleva al otro valle, al valle de la Lechada, ascendiendo por una columna de piedras. Seguimos hacia Altares por un camino bastante fácil para después continuar la ascensión hacia el Mojón de las Tres Provincias. Estamos en el punto que limitan las tres provincias de León,Cantabria y Palencia. Las vistas des este alto son espectaculares, al norte los Picos de Europa y al sudoeste las Agujas de Cardaño, el Pico de las Lomas y el pico Murcia. Ya estamos cerca del objetivo, que lograremos después de una rápida bajada para en poco tiempo llegar a la cima de Peña Prieta. Tenemos las vistas del Curavacas y de los Picos de Europa.
La ascensión ha sido cómoda y bonita muy bonita. La ruta esta poco transitada a penas nos encontramos dos senderistas.

El descenso sera otra cosa, ya que según bajamos por donde ascendimos a mis amigos les da por improvisar y la realizamos por otro camino. Bajamos a la poza de Altares para después ascender al Portillo de las Yeguas y desde allí descender al la majada de Geles. Desde el alto del Portillo hacia la zona cántabra no se veía nada. estaba tapada por la niebla. Las vista de los Picos de Europa que los teníamos enfrente eran muy guapas. La suerte se puso de nuestro lado, ya que según descendíamos la niebla se alegaba y ya avistamos la carretera del puerto a la que saldríamos en buen rato caminado por senderos que se perdían y montes desbrozados. Salimos a la carretera a dos kilómetros del alto.
Siete horas después estábamos en el coche, lo que iba a ser una etapa de entrenamiento para lo que nos esperaba al día siguiente paso a ser una caminata de tres pares. Pero mereció la pena ya que la cosecha obtenida del atraco de paisaje.
Y claro esto merecía