sábado, 10 de noviembre de 2012

Subida al Catoute desde Colinas0

    Ayer viernes nos dirigimos al noroeste de la comarca del Bierzo, a la población de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano para realizar la ascensión a la cima más mítica de la zona, al Catoute. Ubicada en la sierra de Gistredo.
    Sobre las diez comenzamos la subida desde este pueblo con el nombre más largo que yo había visto en mi vida. Somos de la partida Tito, Oscar, Victor, Foxter y yo. Cogemos palos y bastones y nos ponemos en marcha.
    Era la primera vez que realizaba esta ruta y estaba ilusionado con hacerla,  ya que me habían hablado muy bien de ella, sobre todo en el aspecto paisajista. Para mi y también para Oscar, en cambio para Victor y Tito eran muchas las veces que la habían realizado.
    A los pocos minutos de comenzar llevamos la sorpresa de ver el primer animalillo del bosque. Era una ardilla que levanto Fox mientras enredaba por el monte. 
    Siguiendo a nuestros buenos guías continuamos la ascensión por un camino en leve ascenso, hasta llegar a una bifurcación. Estamos a tres kilómetros de Colinas y en  los carteles nos indican el camino hacia el Catoute y hacia las Lagunas de la Rebeca.
     A partir de este punto empieza realmente la subida, larga, pronunciada y dura.
    Al poco tiempo llegamos al avituallamiento liquido de la ascensión, la fuente de los Gallones.Bebemos agua y llenamos los bidones y continuamos subiendo y subiendo por lo que parece interminable. Este tramo se me esta haciendo largo y duro. 
    Ya se ve la cima más cerca, ya queda el ultimo tirón. Mantenemos el ritmo y en poco llegamos a la cota más alta del Bierzo. En una hora cuarenta minutos nos hemos puesto en la cima. Al llegar arriba nos encontramos con las nubes. No se ve nada, pero por sueste para nosotros al poco rato desaparecen para a si ver un espectaulo grandioso.
    Las vistas desde aquí son muy grandes. Vemos Ancares, Las Omañas, Las Ubiñas, Luna,  Somiedo y  Laciana. El Teleno y los montes Aquilanos los tenemos tapados por las nubes.
    Después de un buen rato en la cima nos abrigamos y comenzamos el descenso por otra ruta que no era por donde subimos. Esta iba a ser más vertical, mas empinada y más peligrosa. Había zonas de brezo que no sabias donde metías el pie, también unas zonas de piedras sueltas con mucho peligro. Echamos un buen rato, casi dos horas para llegar a la bifurcación  de las lagunas con el Catoute. A partir de aquí en media hora ya estábamos otra vez en Colinas del Campo de Martin Moro Toledano.
    Esta vez no hubo ni comida, ni pinchos ni tampoco la siempre rica cevecita. Se nos había hecho muy tarde y había prisa, yo tenia que trabajar a las cuatro y eran mas de las dos y media.
    Y así acabo todo, a toda prisa en este bonito día pensando en realizar más excursiones a pata.



Tito probando el potro.

La ardilla.






El hombre anti-frio.

















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